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Reflexión para DOS: caja imperial

Frank van den Boom

02 abril, 2024

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This article is originally written in Dutch and automatically translated by DeepL AI.

Fresco saca una caja de madera. No me doy cuenta de inmediato, pero la parte superior actúa como una tapa que se puede deslizar hacia fuera para abrir la caja. En la tapa hay dos caracteres chinos. Fresco presenta esta vez el objeto preguntándose cómo podemos hacer que el visitante del museo conecte con el objeto a nivel emocional, sobre todo teniendo en cuenta que los rótulos de los museos suelen ser tan áridos y fácticos.

Con esta idea en mente, Fresco abre la caja. El interior está forrado con una seda gris azulada, en el fondo hay una superestructura adicional, también forrada de seda, hecha para una caja más pequeña. Esta caja también podía sacarse y abrirse. Fresco me dice que en ella se ponían cartas imperiales -mandatos o advertencias del emperador- y que los caracteres chinos de la tapa significan "orden". Lo registro todo, pero me dice muy poco. Inmediatamente comprendo por qué Fresco presentó el objeto de esta manera. Si la hubiera visto en una vitrina de un museo con una leyenda informativa, probablemente habría pasado de largo. ¿Cómo podemos conectar con esta caja? Fresco explica que el emperador sólo enviaba esta caja cuando había que dar malas noticias, como reprimendas. Tarda un poco, pero luego la caja empieza a vivir de todos modos. No querías recibir esta caja; cuando veías que te la entregaban sabías que estaba mal. De repente vimos comparaciones con nuestra vida cotidiana. Es la llamada de malas noticias que llevas (no) esperando todo el día, o ese sobre azul que cae en el felpudo. Cuando lo ves así, esa caja se vuelve de repente mucho más siniestra que antes.

Llegamos a la conclusión de que, junto con esa comparación, la caja podría funcionar bien en el contexto de un museo. También para ex-alumnos o jóvenes estudiantes: esta es la llamada telefónica de tu tutor después de los exámenes finales, cuando en realidad ya tienes la premonición de que no has aprobado. Es una pena, sin embargo, que en un museo no puedas desenvolver la caja tú mismo, porque eso sin duda añadía algo a la atmósfera siniestra que había adquirido la caja.

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